Qué es la maculopatía, y cómo se trata?
La retina tapiza los 2/3 posteriores del ojo. Es una fina capa neural. Contiene fibras, células y conexiones nerviosas, así como fotorreceptores. Capta la luz y las imágenes para luego, a través de diferentes estaciones de la vía visual, llegar a la corteza cerebral occipital. La mácula, es la pequeña zona central de la retina. Es la que nos da lo que se conoce como “agudeza visual” o “visión central”. Su función se ve expresada en la visión de lectura, en reconocer figuras y/o rostros con precisión, y visión de colores. Cuando es un cuadro avanzado, su afectación trae como consecuencia problemas en la lectura, en la visión de detalles hasta llegar a tener una mancha en el centro, imposibilidad de conducir, alteraciones en la calidad de vida, pero no lleva a la ceguera. El resto de la retina que no corresponde a la mácula, nos da el campo visual (visión periférica).
En primer lugar, deberíamos definir el término. “Maculopatías” son enfermedades de la mácula, así como “cardiopatías” son enfermedades del corazón. Es un término genérico. El nombre correcto a lo que nos vamos a referir es Degeneración Macular Relacionada o Asociada a la Edad (DMRE). Y cómo habrán leído o escuchado, tiene 2 variantes: la seca (85%) y la húmeda (15%). No se conoce exactamente cuál es la causa, pero se asocia a factores ambientales, genéticos, inflamatorios, tabaquismo, etc. Se puede llegar al diagnóstico con un examen oftalmológico completo incluyendo fondo de ojo, y ayudado por algunos estudios complementarios: tomografía de coherencia óptica (OCT por las siglas en inglés) -que es muy importante también para el seguimiento del tratamiento, en caso de requerirlo- angiografía con fluoresceína (con contraste), autofluorescencia, angio-OCT (sin contraste). Y por supuesto, cuánto antes se detecte -y de ser necesario, antes se trate- mejor va ser el pronóstico visual.
La DMRE seca tiene una afectación de la mácula, la cual puede progresar a través del tiempo perdiendo visión, o a veces transformarse en húmeda. Y si bien se pueden dar algunos suplementos dietarios que en algunos trabajos han dado resultado en detener o enlentecer su progresión, todavía no contamos con un tratamiento concreto para esta variante, aunque si hay en estudio posibles tratamientos para esta variante.
Mientras que la DMRE húmeda (o exudativa), hay líquido y/o sangre que afectan la mácula, y hacen que el empeoramiento y la disminución de la visión central sea mucho más rápido y notorio. Para este tipo, sí existe tratamiento. De no tratarse, la evolución natural es hacia una cicatriz (fibrosis) en la mácula, que es irreversible. Y el tratamiento de esta variante consiste en la inyección de una droga dentro del ojo (inyección intravítrea) conocidas como “Antiangiogénicos”, cuyo objetivo es quitar el líquido que hay en la mácula. Hay que aclarar que el tratamiento no es la cura definitiva de la enfermedad. Es para controlar dicha patología. Por lo que se van a requerir inyecciones por mucho tiempo. Y en este punto es fundamental la adherencia del paciente a los controles con su médico tratante para evaluar la respuesta al tratamiento. El no cumplimiento, es una de las principales causas de pobres resultados visuales. El procedimiento es ambulatorio, dura pocos minutos, y el paciente puede seguir realizando una vida normal. Al inicio se realizan inyecciones mensuales hasta lograr “secar” la mácula. Eso se constata fundamentalmente realizando el estudio OCT. Luego de eliminar el líquido con las inyecciones, se evaluará los esquemas de tratamiento a seguir, que será evaluado por su médico tratante. Y lo “ideal” sería poder tener bajo control la enfermedad, es decir, que no aparezca líquido, con la menor cantidad de inyecciones posibles, o con el mayor intervalo de tiempo entre inyección e inyección.
Como conclusión, la DMRE seca progresa más lentamente que la húmeda, aunque no hay un tratamiento concreto a la fecha, si bien existen estudios que se está realizando con ese objetivo. La DMRE húmeda sí lo tiene. Consiste en la colocación de inyecciones dentro del ojo durante mucho tiempo. Y por este motivo, el paciente debe ser constante con los controles, los monitoreos del tratamiento y las inyecciones que su médico le indica.